Hábitat para la Humanidad Internacional no tolera la explotación, el abuso ni el acoso sexuales. Nada es más importante que el bienestar de las personas en las comunidades donde trabajamos, o el de nuestros voluntarios y nuestro personal. Puede encontrar más detalles en nuestra Política de salvaguardia.
Promover una cultura de “decir lo que se piensa”
Se anima a los empleados y miembros de las comunidades en las que trabajamos a denunciar incidentes de explotación, abuso o acoso, incluso a través de nuestro sistema de denuncia confidencial, la Línea de Ética y Responsabilidad de Hábitat. Cualquier miembro del personal que presente un reporte o sea testigo con información relacionada con dicho reporte está protegido contra represalias.
Mejora continua
Hemos trabajado duro en mejorar nuestros sistemas para reportar incidentes de salvaguardia. Aun así, sabemos que debemos permanecer atentos y continuar fortaleciendo nuestros programas de capacitación y nuestra selección de empleados y voluntarios. Ese compromiso con la mejora continua nos llevó a actualizar nuestra Política de salvaguardia en 2018 y a fortalecerla en 2020 para reflejar los comentarios recibidos del personal y de los aliados en cuanto a su implementación.
Hemos ampliado nuestro equipo de especialistas en salvaguardia en todo el mundo e intensificado la capacitación, tanto para nuestros empleados como para nuestros aliados. Por ejemplo, cuando la pandemia de COVID-19 nos obligó a trabajar más de forma remota, establecimos capacitaciones en salvaguardia relacionadas con la participación virtual de voluntarios. También hemos colaborado con organizaciones pares para crear el Community-based Safeguarding Visual Toolkit (disponible en inglés) —un conjunto de recursos diseñado para comunicar mensajes clave sobre salvaguardia que se puede adaptar a las comunidades con las que trabajamos nosotros o nuestros aliados, para ayudar a derribar las barreras del idioma, la alfabetización y la accesibilidad.
Nuestro compromiso
Nuestro compromiso de prevenir la explotación, el abuso y el acoso sexuales es inquebrantable. Para nosotros, la salvaguardia no es un fin, sino más bien un proceso continuo: un proceso de humildad a medida que continuamos mejorando, un proceso de valentía al levantar la voz para protegernos a nosotros mismos y a los demás, y un proceso de responsabilidad por mantener la confianza de las comunidades en las que trabajamos. Las personas a las que nuestra misión nos llama a servir, nuestros voluntarios, nuestro personal y nuestros aliados deben sentirse seguros para que podamos unirnos verdaderamente en construir un mundo donde cada persona tenga un lugar digno al cual llamar hogar.
